lunes, 6 de agosto de 2007

Visión sobrenatural


Sin lugar a dudas el mundo absorbe mucho; las presiones cotidianas, el trabajo, la escuela, la familia y demás actividades, consumen nuestra energía y nuestro tiempo, y no está mal. Sin embargo, a la mayor parte de la gente se le olvida que este mundo no lo es todo, y que detrás hay algo mucho más importante: la vida eterna que Dios nos tiene prometida. En otras palabras, a las personas nos falta mucha visión sobrenatural, entendiéndose sobrenatural no como algo de fantasmas o monstruos, sino como la presencia viva de Dios nuestro Señor.

Dice una oración que debemos saber aprovechar los bienes del mundo para que no nos impidan alcanzar los del Cielo, y esto es justamente el principal problema de la humanidad. Creemos que lo más importante es vivir “cómodos” o sin sobresaltos, pero la realidad es otra, ya que eso no vale nada pues éste mundo es limitado y finito. Lo que realmente vale es la vida eterna de Dios, y muchas veces ésta se alcanza sufriendo en el mundo, a imagen de Jesucristo. Todos los problemas, injusticias y dolencias de éste mundo nos abren una brecha hacia el camino verdadero; son medios de santificación. Ya lo dice el mismo Jesucristo: “Entren por la puerta angosta, porque la puerta ancha conduce a la perdición y muchos entran por ahí; angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la salvación”.

Si solo pensamos en vivir bien en éste mundo, tal vez lo logremos, pero lo realmente importante es esforzarnos para poder vivir eternamente a lado de Dios; hay que tener esa visión sobrenatural. Visión sobrenatural consiste en ver al mundo de otra manera, verlo con los ojos de Dios, verlo como un lugar en el que estamos de paso y en el cual debemos santificarnos. El que no tiene visión sobrenatural, se entrega totalmente a los placeres, pues “mañana moriremos”, acumula bienes materiales y pocos espirituales, se preocupa por cosas superficiales y para si mismo.

Ahora bien, ese trabajo para poder llegar a la vida eterna exige y demanda mucho de nosotros. Debemos acumular tesoros en el Cielo, porque si los acumulamos en la tierra, ¿me llevaré algo cuando me muera? En cambio, si hago mi tesoro en el cielo, éste me estará esperando cuando muera. Pero, ¿cómo hacer un tesoro en el cielo? Pues muy fácil: ejercitando las obras de misericordia, que sin duda alguna me llevan a pensar en los demás más que en mi mismo, cumpliendo los mandamientos de la Ley de Dios y soportando estoicamente y con un gran espíritu de amor, los sufrimientos que Dios nos mande, ya que el dolor, en cualquiera de sus manifestaciones, nos purifica, tal y como lo dejó en claro nuestro Señor Jesús; nos purifica de las manchas dejadas por el pecado en nuestra alma.

Visión sobrenatural significa también no sobrevalorar el mundo. No se debe sobrevalorar porque a fin de cuentas el mundo, al ser corrompido por el pecado, tiende al mal y me remito a los hechos para constatarlo. Bien se dice que los enemigos del alma son mundo, demonio y carne. Eso no significa que no luchemos por un mundo mejor, sino que hay que luchar e iluminarlo con la luminaria de nuestra fe y nuestro amor, siempre teniendo presente que por encima de éste objetivo esta el de ganar el Cielo, aunque de alguna u otra manera van de la mano. También la visión consiste en no apegarnos a los bienes del mundo, es decir, “a lo mundano”, ya que éstos pueden alejarnos de Dios porque son inmediatos y placenteros.

Finalmente, la visión sobrenatural hace que todo lo aparentemente malo a los ojos del mundo, como la muerte de un ser querido, el dolor físico o emocional, los fracasos laborales o sentimentales, las crisis económicas, etc., sea para nosotros una bendición de Dios, ya que gracias a todo esto nos podemos santificar y estar más cerca de la vida sobrenatural. Es difícil entenderlo, pero mientras Dios más nos ama, más nos da sufrimientos en ésta vida, pues Él quiere que nos salvemos y seamos felices eternamente, y justamente los sufrimientos terrenales son grandes medios de salvación. El papa Benedicto XVI dijo en alguna ocasión que “no hay salvación sin cruz”, y estas palabras deben llegar muy al fondo de nuestra mente para que pensemos que nuestro objetivo es ir “más allá” del mundo visible.

Quisiera terminar con una frase que en alguna ocasión me mencionó mi querida Alexandra Strong:

Los sufrimientos son caricias de Dios.

1 comentario:

Santiago dijo...

Hola Nacif:

Oye, está muy bueno tu blog, ¿porqué no me lo habías mencionado antes?
Estaría bien que estos artículos más antiguos se pudieran ver desde la página principal. Y espero que este blog siga mejorando.
Felicidades.
Santiago